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Son aquellas que, por constitución o por funcionamiento, actúan en la clandestinidad y al margen de las leyes de una colectividad. En ellas los fines, las relaciones y las actuaciones se mantienen en la reserva, disfrazadas de otras variables como la filantropía, la cultura o el arte.
Cuando se alude sin más a este término se piensa en la masonería y en las formas afines a ella. Pero el mismo nombre de "secretas" se puede aplicar a los grupos o sectas religiosas que se mantienen en cierto secretismo, sólo roto en parte para los adeptos y siempre dominado por los dirigentes.
En todas las épocas históricas ha habido sociedades secretas: templarios en la Edad Media, círculos selectos en el Renacimientos, el ku-klux-klan, en tiempos recientes. En los momentos actuales también existen, como acontece en los movimientos e instancias religiosas, políticas o económicas que se advierten corrientes subterráneas en diversos países. Se suele pensar en la masonería, en los rosacruces, en los rotary-clubs, por ejemplo.
Pero no cabe duda de que los grupos terroristas, las bandas de extorsionadores, las mafias del proxenetismo, de las toxicodependencias, del tráfico de armas o de órganos humanos, etc. son y actúan verdaderas sociedades secretas.
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